Martha
Había una vez una niña llamada Martha, que vivía en un lugar donde el viento danzaba entre los árboles y el sol dibujaba sombras en el suelo. A Martha le encantaba moverse, pero sentía que a veces las palabras no eran suficientes para decir lo que llevaba en su corazón.
Un día, vio a su padre tocar el piano. La música flotaba en el aire como el viento y Martha sintió algo especial. "¿Y si mi cuerpo pudiera ser como la música?" pensó. Desde ese momento, empezó a observar cómo se movía el mundo: el agua del río, las hojas al caer, las personas al caminar. Todo parecía contar una historia con movimiento.
Cuando creció, Martha viajó a una gran ciudad para aprender a bailar. Pero sus maestros le decían que debía seguir reglas muy estrictas. Ella intentó hacer lo que le pedían, pero en su interior sabía que la danza era más que pasos y giros. Era una forma de sentir y de contar historias sin palabras.
Un día, tomó una tela larga y suave, la envolvió alrededor de su cuerpo y comenzó a moverse. Se dobló, se encogió y se estiró como si su cuerpo fuera una ola en medio de una tormenta. Estaba triste, pero su danza transformó esa tristeza en arte. Lo llamó Lamentation. Cuando terminó, las personas la miraban en silencio, con lágrimas en los ojos. En ese momento, Martha comprendió que la danza podía hacer sentir a los demás lo que no se podía decir con palabras.
Desde ese día, nunca dejó de moverse. Bailó la alegría y la tristeza, la esperanza y la lucha. Enseñó a muchas personas que la danza es un lenguaje del alma y que cada quien puede encontrar su propia manera de moverse.
Y así, como el viento que nunca deja de soplar, su danza sigue viva en cada niña y niño que se atreve a moverse con el corazón.
Qué hermoso cuento, me parece una actividad muy creativa.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu lectura y comentario! Qué lindo que lo disfrutaras 😊, saludos!
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