No es lo mismo Súperman que veinte años después...
Así decía mi maestro Jaime Blanc refiriéndose al paso del tiempo en los bailarines, y a mí siempre me dio mucha risa porque yo lo veía a él y a todos mis maestros tan enteros, tan gallardos, que nunca pensé que estaban viejos para hacer lo que hacían, de hecho siempre disfruté mucho su seguridad, su aplomo, su sinceridad en el escenario, y me quedaba claro que eso tenía que ver con la experiencia, porque los jóvenes no se veían así, eran virtuosos, claro! era poesía ver a Pepe Tobilla bailando como si su cuerpo estuviera hecho de agua y alguien hubiera dibujado el contorno de su figura para hacerlo empatar con los demás, era majestuoso ver a Tussi con toda esa energía vital a través de sus expresivas manos y pies, alargar esas piernas de lineas perfectas para cruzar de una sola zancada el escenario completo, agitar su rubia melena en cada remate, pero seguía sin ser lo mismo. Cuando Miguel Añorve se paraba en escena parecía un gigante guerrero, a mí me daba siempre está sensación d