MEMORIAS DEL AGUA
Recuerdo esto: La memoria y la imaginación habitan la misma casa.
En el agua yo floto, ahí puedo volar y quien no lo hace me da la impresión de tomarse la vida muy enserio, yo me la tomo muy enserio, en la tierra, en el fuego, un tanto menos en el aire, pero en el agua no, en el agua no soy yo, en el agua soy más yo que siempre, soy yo como nunca.
Recuerdo esto: El tipo me carga y sin más, me deja caer al mar, mi pequeño y regordete cuerpo cae y se hunde sin ninguna resistencia, sin miedo, reparo, ahí estoy yo cayendo, aprendiendo a hundirme. Con los ojos abiertos veo peces nadando a mi alrededor curiosos, veo también unos pies y unas piernas velludas muy cerca de mí y avanzo hacia ellas. Ese día descubrí que en el agua yo vuelo.
Recuerdo esto: Yo no aprendí a nadar en una alberca olímpica con vestidores elegantes y camastros de plástico todos iguales tumbados al sol. Yo no sé nadar, no sé de brazadas, ritmos de respiración y pataleos deportivos, por eso tal vez en el agua yo mejor vuelo, en el agua soy un ave, en el bosque soy un pez.
Recuerdo o me imagino el agua cubriéndome como una gran cobija que se desliza por todo mi cuerpo y camuflajea mis lágrimas, porque siempre lloro, soy de agua como mi madre y cuando no puedo ser agua, soy piedra como mi padre.
Recuerdo e imagino esto: Yo soy como un terrón de azúcar cayendo al agua, me disuelvo y endulzo.
Ejercicio de escritura realizado en la Sesión del Círculo de Mujeres guíado por María Teresa Vázquez dentro de las actividades del Festival Internacional de Mujeres y Danza 2020
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