Mujer colibrí
Hoy desperté de una manera inusual, estaba acostada en una rama muy alta de la copa del árbol, el sol entraba en durazno por mis párpados cerrados, los cientos de aves que comparten el árbol conmigo ya cantaban incesantemente, como si la vida fuera muy de prisa, como si no pudiera detenerse.
El aroma a fogón me despertó, tengo hambre, pero llevo días sin poder comer en calma, hay un tornado en mis entrañas. Me hundo en un montón de hojas verdes y frescas, no me quiero levantar, pero me anima una brisa del guayabo, estiro una patita, luego la otra, parpadeo y sacudo mi espalda,agradezco, sonrío y doy un saltito para ponerme de pie.
El día es hermoso, cielo neblinoso y cálido, campo lleno de flores, un camino para andar. Puedo escuchar personas, perros, palomas, campanas, mi qiu de entrada. La emoción alborota cada pedacito de mi ser y allá voy llena de amor y esperanza, una vez más y todas las que sean necesarias.
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