ESTRUCTURAS
Te quedas mirando a través del parabrisas
mientras el semáforo está en rojo, así que tienes un marco que delimita lo que
ves, de fondo la subida a Santa María y el cielo, está también la escultura
blanca de una camelina a la que todos llamamos “la paloma”, una patrulla azul
marino con grandes letras blancas y dos agentes que juegan a coordinar lo que
los semáforos no han logrado, frente a ti en primer plano (proscenio) pasa
sobre las líneas peatonales un niño en uniforme escolar de más o menos cinco
años que va dando saltitos de la mano de un viejito vestido de gris que atento
mira que el cruce sea seguro, en segundo plano una camioneta blanca da vuelta
de Camelinas a Ventura Puente (cuarta calle de derecho arriba a izquierdo
abajo) trazando una diagonal amplia y dinámica, a tu derecha los autos no han
parado de dar vuelta continua, así que se mantiene una repetición más o menos
precisa de objetos generando el mismo movimiento/desplazamiento en derecho
abajo, de centro izquierda se generan vueltas en “u” sobre Camelinas, otro
movimiento repetitivo que mantiene la zona activa, atraviesa tranquilamente un
grupo de cinco personas uniformadas de pantalones azules y camisas blancas con
el logotipo de Gobierno del Estado, mientras que en izquierdo abajo un chico en
jeans y camiseta beige hace malabares con aros de plástico, luego un par de
segundos de nada, una pausa casi milagrosa que permite respirar y centrar la
atención en las nubes que en el fondo son arrastradas a gran velocidad por el
viento, el semáforo cambia a verde, termina la escena.
Dice García Boutigue que “Conocer es organizar
los datos de la realidad, darles un sentido, lo cual significa construir una
lógica, no la lógica de los textos, sino una lógica de acción, porque organizar
es estructurar, es decir, hacer inferencias, establecer relaciones. Estructurar
es lógica. Se trata de organizar nuestra experiencia y esa organización es
crear estructuras”, en éste sentido me gusta pensar que la composición
coreográfica es antes que nada admiración por la vida, es maravillarnos por lo
cotidiano, detenernos a mirar el mundo y aprender de él. Cuando yo te narro la
escena como lo he hecho ahora, estoy invitándote a prestar atención a aquello
que a mí me importa, sin embargo, podríamos estar exactamente en el mismo
momento, inclusive en el mismo auto y poner atención en cosas completamente
distintas.
Yo tengo antecedentes de vida que me dejan ver
coreografías en donde un psicólogo vería patologías y un periodista vería
noticias, desde mi campo de conocimiento puedo organizar y dar sentido
construyendo (observando activamente) una lógica de acción e incluso establecer
relaciones espaciales, de ritmo, vestuario y luz. Si fuera de mi interés yo
podría hacer una copia exacta de los trazos, ritmos y contrastes de lo que
acabo de ver, juntar un grupo de bailarines para que los aprendan, ponerle
música y subirla al Teatro Ocampo. Sin embargo, me pregunto si lograría sostener
mi atención, pues he quitado el encanto del contexto, la espontaneidad de la
vida, los personajes estarían pretendiendo y ¿no hemos visto ya mucho de eso?
La composición coreográfica es la construcción de
estructuras que nos permiten decir/nos, comunicar/nos. Cada obra deberá atender
desde sus cimientos los intereses particulares de su razón de ser y entonces
construir una estructura que la sostenga. No cualquier estructura, no la
estructura tradicional, sino la estructura precisa para ésta obra. No hay
fórmulas, hay métodos, y hay que tener presente que los métodos son caminos
estratégicos no lugares, no metas, no obras en sí.
Ahora bien, una obra de danza contiene
composición coreográfica, pero para sostener la atención, generar puentes e
incidir en nuestra realidad, necesitamos más elementos, por ejemplo: un tema, y
no es que tengamos que buscar de qué hablar, es que tenemos desde hace mucho
tiempo algo de lo que queremos hablar y hemos encontrado la brillante posibilidad
de hacerlo a través de la danza. Entonces investigamos todo lo que podamos
acerca de éste tema, no vamos a hablar de algo que no conocemos, puede que
ahora la vida en la web nos de la ilusión de saber de todo, pero debemos ser
muy responsables al elegir un tema, porque vamos a tomar una postura ante él. Sería
aquí, muy interesante que eligieras a los bailarines tanto como los bailarines
a ti y a la obra, trabajar con personas que tienen intereses en común reduce la
posibilidad de que su relación sea utilitaria en lugar de creativa.
También deberás decidir el lenguaje con el que
quieres comunicarte, y la exploración del movimiento del cuerpo es una tarea
profunda. En mi entrega anterior les decía que “Para generar lenguajes escénicos que comuniquen nuestra unicidad es
necesario generar investigaciones y/o exploraciones a través del estudio
experiencial del movimiento, de otra manera estaremos reproduciendo modelos de
movimiento que insisten en homogeneizar/someter/adoctrinar los cuerpos/personas.”
Por ello al igual que con las estructuras y la investigación del tema, debemos
ser generosos en atención y trabajo con el lenguaje.
Existen muchos elementos más que construyen una obra de danza, no hay
un orden, no hay tiempos de cocción, no existen fórmulas, lo mejor que podemos
hacer es explorar, experimentar, intentar, observar, llegar a conocer para
organizar y dar sentido. Cuando veas tu obra y la puedas leer claramente, otros
lo podrán leer también, entonces te estarás comunicando. Si tu obra te
con/mueve porque para crearla has sido con/movido, entonces te estarás
comunicando sensiblemente. Pero primero dediquémosle mucho tiempo a escribirla.
Olvídate de los tiempos institucionales, olvídate de las convocatorias, los
festivales, atiende en primer lugar tu proceso de creación y cuando tengas
lista una obra en la que confíes postula y participa, no lo vuelvas un
producto, sino una experiencia que puedas compartir. Recuerda a Ranciére cuando
nos dice que “El animal que habla, dice Aristóteles, es un animal político.
Pero el esclavo, aunque comprende el lenguaje, no lo “posee”. Los artesanos,
dice Platón, no pueden ocuparse de las cosas comunes porque no tienen el
tiempo para dedicarse a otra cosa que no sea su trabajo.”
Vivimos en un sistema que nos condiciona a seguir tiempos y caminos
institucionales para hacer obra y si consideramos que hacer obra se ha vuelto
nuestra manera de subsistir pronto estamos haciendo artesanías coreográficas. Recuerda
que tanto la composición coreográfica, el lenguaje, el tema, la relación
creativa con los bailarines, entre otras cosas serán en sí tu postura política,
la manera en la que organices tu quehacer artístico estará aportando al
sistema. Desde el enfoque que le des a tu mirada a través del parabrisas de tu
auto en la luz roja del semáforo, estás participando políticamente ¿qué tipo de
ciudadano/artista quieres ser?, ¿dentro de qué estructura te gustaría vivir?
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