Planta



En mi casa también viven algunas plantas, algunas las he comprado en el mercado y otras me las han regalado, algunas dan flores, no la mayoría, la mayoría no. Me gusta salir a estar con ellas, las riego, las limpio, les muevo la tierra, las cambio de lugar y de maceta cuando crecen mucho y se ven apretadas, incómodas, a veces también les canto quedito, les cantaba la de Alfonsina y el mar, supongo que por la costumbre de escuchar a mi madre hacerlo, pero un día me di cuenta de que es una canción muy triste y dejé de cantarla, ahora les canto Flor de canela, que también es triste, pero ésa la elegí yo Ji uerasïngani sani, ka chanksïni nona mirikurini ia

Me gusta cómo se mueven con el viento, parece que van en cámara rápida, me gustan todos los tonos de verdes que hay en mi terraza, pudieran parecer todas iguales, pero son tan distintas, por ejemplo, a mí no me gusta tanto la clorofila como a ellas, un día me intoxiqué con clorofila, primero me empecé a marear, me salieron puntitos rojos en la piel, luego vomité y finalmente me desvanecí, ese día aprendí a no tomar todo lo que me dan mis amigas.

Las plantas son muy resistentes a pesar de su fragilidad, lo son gracias a su flexibilidad, los fuertes vientos, el agua y el granizo se deslizan por ellas, por entre sus ramas, sus hojas, sus espinas. Quiero ser como las plantas, por eso hay días en los que salgo a mirarlas y bailo como ellas, para que me enseñen a ir rápido y a ser flexible, luego también se quedan quietas, me gusta estar quieta también, pero cuando duro mucho tiempo quieta escucho una vocecita que me dice que me ponga a leer o hacer algo.

Hoy jugué a ser planta, fue divertido, me vestí de verde, me moví rápido y me quedé dentro de un área que simbolizaba la tierra, como si mis raíces pudieran expandirse, pero no mucho, para que fuera más realista, porque los juegos hay que tomárselos en serio, sino aburren.

Luego miré las huellas que dejó mi experiencia, era como si hubiera escrito un poema también, pero en este poema no había letras, ni métrica, ni versos, pero igual lo había todo.

Este poema no lo escribí para nadie, solo para mí, porque a veces yo también soy planta. 



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