Día Internacional de la Danza 2020




Soñar un mundo nuevo es tan importante como trabajar para construirlo, hoy resulta fundamental asumirnos como ciudadanas con derechos y responsabilidades y desde ahí realizar acciones que nos encaminen a fortalecer lo común, nuestra tarea no es enaltecer el virtuosismo físico, superfluo y comercializado de bailar, por el contrario, nuestra tarea es generar conexiones humanas sostenibles desde el terreno de lo sensible, propiciando  y esparciendo el pensamiento sutil y complejo, poniendo en el centro el saber de lo vivo.

Desde los saberes del cuerpo cuestionemos aquello que parece fuera de lugar, pero también aquello que creíamos inamovible, cuestionemos el orden de las cosas, para generar cambios, para hacer lugar para todes, pongamos en duda la taxonomía de la danza y juguemos a re-imaginarla, a revolverla como las fichas de dominó y luego talvez inventemos un nuevo juego en el que las reglas sean acuerdos colectivos.

Hacer danza es un acto de rebeldía y la rebeldía es alimento de la libertad, pero no nacemos libres, tenemos que trabajar todos los días por emanciparnos y el mayor tirano dictador al que nos enfrentamos vive en nosotres, no hay mayor revolución que la de derrocarse a una misma. 

Para ello, pongamos el cuerpo. 





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