APARECER. Mi experiencia como docente de Proyecto Integral DOWN de Michoacán




Eric me dijo un día, mira se le murió un pixel a la cámara, me mostró una foto que yo observé en perfectas condiciones, un paisaje que daba cuenta de un cielo azul, una cadena de cerros, copas de árboles, edificios, antenas, cables de luz, teléfono, internet, casas, banquetas; luego él fue haciendo zoom, hasta que mis ojos fueron capaces de notar un pequeño punto negro, que en realidad no era un punto, sino un vacío, al inicio yo no lo sabía, pero no estaba viendo la foto completa, había un vacío que desconocía, que no alcanzaba a ver; en mi vida, me atrevo a creer que en la vida de la mayoría de nosotres, hay muchos vacíos que no alcanzamos a ver y andamos muy confiados creyendo que conocemos el paisaje completo. 

Las danzas contemporáneas son plurales y diversas, así como los feminismos, es imposible creer que podemos homologar búsquedas, necesidades, estrategias, caminos, luchas, sueños y deseos; cuando en los espacios de diálogo se habla de la danza contemporánea, así en singular, la visualizo como la amiga imaginaria de cada persona, que se ha construido como un arquetipo que le acompaña como su fiel escudera, dando ése empuje moral para edificar ideas y acciones, empoderarse a sí mismo y validarse profesional y socialmente, pero sólo ella o el que la enuncia en singular, le puede ver; cada uno como intérprete, creador, docente, espectador y demás especialidades, hemos construido a imagen, semejanza, deseos y carencias a nuestra propia danza contemporánea, por favor únanse a mí ahora a éste ejercicio imaginativo para acompañar mi ponencia, ya que siempre hablaré desde lo que soy, pero también desde lo que no soy y desde ahí he construido a mi amiga imaginaria.

Así que mi danza contemporánea y yo somos amigas, ella me ha posibilitado observarme y abrazarme como un cuerpo indefinible, indomable, inapropiable, inacabado, ilimitado, reconocer que soy salvaje, libre, que no le pertenezco a nadie, que soy pentimento, que no existe una versión final o definitiva de mí misma, que las fronteras que creía que me daba la piel son falsas porque mi piel no acaba y empieza el ambiente, mi piel y el ambiente son una mezcla de energías y átomos que me permiten continuar mi existencia aún más allá de lo que puedo ver. 

La danza contemporánea y yo vamos por ahí todas enmieladas dejando que se nos peguen toda clase de ideas, como que soy naturaleza, que tengo el mismo derecho de existir y habitar el mundo que los árboles, que tengo la responsabilidad de cuidar del universo como el universo cuida de mí; como que soy ciudadana y tengo derechos civiles, laborales, reproductivos; como que soy política porque soy parte de un sistema de organización social y mis experiencias son el resultado de desenvolverme en él; como que soy feminista porque comprendo y defiendo que todas, todos y todes somos iguales, como que soy rebelde porque me gusta pensar que la danza no es de nadie, porque es de todes y entonces me gusta compartir con los demás seres los saberes y sensibilidades que ella me ha habilitado.

Me habló mi amiga Nidia y me pidió que diera clases en la escuela de Sofi su hija, ya me había contado en otras ocasiones cómo funcionaba éste espacio y me pareció maravilloso, siempre he creído que los métodos educativos que se permiten seguir explorando estrategias logran conexiones interculturales más significativas, fuertes y sostenibles que el sistema educativo tradicional cerrado, así que me entrevisté con Leticia Sánchez Valenzuela, la directora de Proyecto Integral Down de  Michoacán, le presenté mi propuesta de clases que son más bien una especie de círculos de trabajo y reflexión desde el cuerpo, resultado de la investigación que he venido haciendo desde hace ya algunos años y que sitematicé  durante mi proceso en la Maestría en Desarrollo Humano que terminé de cursar en 2017 y a la que he titulado la danza como experiencia sensible, grosso modo planteo que para que la danza sea una experiencia sensible y humana, es necesario facilitarla en el terreno del goce y no y la productividad, para que sea sensible debemos permitirnos conmover y ser conmovidos, y para que sea humana debemos interesarnos por los demás; a Lety le gustó la idea y comenzamos las clases todos los viernes a mediodía. 

Leí todo lo pude acerca del Síndrome de Down, acerca de lo genético, acerca de las posibilidades motrices, de las características musculares, las condiciones cardiacas y respiratorias, hice varios apuntes mentales que consideré y sigo considerando fundamentales en las sesiones: no empujar sus límites de elasticidad, no empujar sus límites de agitación, no establecer contacto físico antes de que ellos lo hagan, tener paciencia, mis estrategias y herramientas funcionarán distinto y algunas no funcionarán, eso también está bien. Igual el primer día me sentí completamente rebasada, Miguel Ángel me abrazó con tanta fuerza que me azotó contra la pared, Ximena me hablaba todo el tiempo sin parar y me jalaba  del brazo y tomaba mi rostro entre sus dos manos para que sólo estuviera con ella, Sofi tenía mucha pena y no quería participar, Paulina quería ser la maestra de Issac, sucedieron tantas cosas en una hora que pensé que como siempre la teoría se queda corta, afortunadamente María Elena Fraga y Minerva Bautista las maestras de base, estuvieron todo el tiempo acompañando, participando, animando al grupo y a ésta maestra que se sentía como una niña de cinco años tratando de entender el mapa del metro.Salí llorando, muchas veces salgo llorando, es frustrante no entender completamente lo que me dicen, imagino que para ellos es igual conmigo, pero también lloro porque me conmueven, ellos moviéndose, bailando, desbordando mis capacidades creativas me hacen colocarme en el mapa, me hacen aparecer, pequeñita, como un granito de arena en la playa, humilde y desprovista, rendida ante sus capacidades, que son muchas, que son intensas, que son transparentes y potentes. 

Estaba pensando que escribir es como guardar retacitos de tela porque para algo han de servir, así que puedo escribir en mis libretas, en mis notas del celular, en las orillas de las revistas, en servilletas, en la computadora, en notas adhesivas; a veces las encuentro y les doy un uso, las integro a un texto en el que calzan perfecto. Con la danza me sucede igual, a veces las experiencias son completas, como las residencias de creación, los diplomados, las giras, los cursos de dos semanas o las clases magistrales; pero a veces son retazos de tela que no se en dónde empiezan y en dónde acaban.

Mi experiencia en Proyecto Integral Down de Michoacán está definitivamente en la bolsa de los retazos, no es una experiencia que haya empezado desde un lugar de total claridad y tampoco ha cerrado. Poner al servicio mis saberes del cuerpo, le da sentido a mi vida. Supe desde el principio que no quería yo llegar a adoctrinarles, no quería yo imponer una forma de aproximarnos al cuerpo, quería vivir plenamente la oportunidad de construir juntos las dinámicas de las sesiones de exploración. 

Sus cuerpos en movimiento me han permitido conocerles y entablar una relación de confianza muy rápidamente, algunas herramientas les entusiasman tanto, que se despojan de todos los frenos para adentrarse a la experiencia, respetando los tiempos, los turnos y el cuidado de los otros como un camino garantizado a la preservación del ejercicio, es decir, me hacen saber de forma muy clara, que quieren en las sesiones posteriores volver a explorar ésa herramienta. 

Abordo éste círculo de trabajo a través de experiencias corporales que he organizado a través de instrucciones de acción, cada una apunta a trabajar uno o varios de los satisfactores de las necesidades humanas, por ejemplo:

SER ÁRBOL.  Sal a tu jardín, camellón, a un parque público o cualquier otro lugar desde el que puedas observar un árbol. Mira detenidamente y si te es posible siente su tronco, la textura, el grosor, las ramas, las hendiduras, los colores, las raíces que sobre salen o no de la tierra, centra tu atención ahora en el follaje, algunas ramas se mueven, otras no, las hojas parecen mecerse, otras parecen temblar. Colócate en postura de árbol e imita sus movimientos, imagínate que el viento llega muy decidido a soplarte, a veces fuerte y otras veces muy suave, después de un rato sigue moviéndote, mantén en tu memoria la imagen y las sensaciones de ser árbol.

En mi colección de instrucciones hay unas muy sociales como SER TRAVESURA que trata de ir a lugares y fingir que vemos algo y que está basada en los experimentos de Stanley Milgram sobre la obediencia social, otros más introspectivos como SER MARTHA GRAHAM en el que les facilito un tubo de tela y las personas exploran moverse y desplazarse dentro de él, otros completamente sensoriales como SER FLOR SILVESTRE que acabo de incorporar y que se trata de introducir partes del cuerpo a una bandeja con lentejas, arroz o frijoles para sentir cómo los pequeños granos se cuelan por lugares pequeñitos de nuestros cuerpos que casi no tocamos con nada, como si pudiéramos ser conscientes de la densidad de la materia oscura.

Imagino que estoy en la construcción de un sistema que parte de lo anterior y que desea aterrizar muy concretamente en éste grupo de Proyecto Integral Down de Michoacán, tratando de mantenerme alerta y abierta, receptiva, deseando estar sensible ante lo que a ellos les gusta y les aporta, observando las experiencias que les plantean un reto, aquellas para las que necesitan guía o apoyo, haciéndome preguntas todos los días:, ¿Cómo puedo apoyar la independencia que están deseando y exigiendo Ximena y Sofi sin excluir a sus madres? ¿Qué estrategias puedo emplear para descargar de tareas físicas a la mamá de Issac durante las sesiones? Me pregunto también si las actividades que evidentemente les causan placer y regocijo deben permanecer muchas sesiones o es mejor alternarlas con otras ¿Cuánto tiempo es mucho tiempo? 

También incorporo ejercicios de yoga para niñes, con la intención de fortalecer los músculos, la agilidad, la atención y la coordinación, en ellos aplaudimos de forma rítmica, saltamos, cantamos, saludamos al sol y exploramos posturas con tarjetas de animales que yo les muestro y luego ellos interpretan con el cuerpo. 

Leí que una de las características de las personas con Síndrome de Down es que les satisface repetir algo que ya conocen, como a Quetzal le encantaba que le contara el mismo cuento todos los días cuando era chiquito, como a mí me encanta poner granos molidos de café y agua caliente y observar cómo va goteando el líquido que me hace feliz a medio día, siempre igual, siempre la misma carga, siempre el mismo sabor; son las pequeñas certezas de la vida que nos hacen sentir seguros, entonces no somos tan distintos en eso ellos y yo, nos gusta la constancia, la repetición, saber el final de la historia.  

Nuestra apariencia física sí es algo distinta, el otro día fui a la comida de cumpleaños de Hugo y conocí a una mujer, ésta mujer y yo de vez en cuando nos levantábamos de la mesa a darle una vuelta a los characos para ver qué tal les iba explorando el jardín, en uno de esos viajes, nos encontramos a un mesero que amablemente nos ofreció pastel, ambas dijimos no gracias a lo que él infirió pero es ligth, nosotras nos reímos y le dijimos que no pedimos porque sabemos que nuestros críos van a dejar el suyo casi intacto y entonces mejor comemos ese para no desperdiciar comida. Lo que llamó mi atención de éste episodio es que las personas tenemos un primer filtro desde el cuál leemos a los demás: la vista, luego éste está mediado por los juicios sociales y culturales, el hombre que trabajaba de mesero nos vio delgadas y su narrativa socio-cultural le dijo que nos preocupa nuestra figura, ergo: solo comemos comida ligth; A mí de pequeña me dijeron que mirar a la gente con síndrome de Down en la calle era una falta de educación, ahora entiendo que es solamente curiosidad, me dijeron que ellos tienen una enfermedad, ahora comprendo que es una condición resultado de una división celular atípica que produce material genético adicional del cromosoma 21 y su desarrollo biológico, anatómico y cognitivo funciona distinto al mío, pero todos tenemos particularidades, nada más que algunas no se notan a simple vista, yo por ejemplo heredé esta tendencia a desarrollar quistes mamarios, por ello he tenido que hacer tratamientos, cambios de hábitos, pasar momentos difíciles, pero todo eso no se me nota, por eso la gente no puede juzgar mis particularidades y tratarme distinto, ahora que ustedes lo saben es probable que lo hagan, así funcionamos, por eso yo trato de nunca hablar de esos temas porque la gente me trata diferente y no me gusta que me traten diferente. 

Sofi, Ximena, Tavo, Issac, Miguel Angel y Pau, no pueden evitar que notemos sus particularidades y necesitan del acompañamiento de personas de su familia o entorno cercano para lograr una vida lo más autodependiente posible dentro de ésta sociedad en la que nos encanta decir que existe lo normal y lo igual, yo me paro junto a ellos porque reconozco que sin la cooperatividad y diversidad humana yo estaría muerta, o viviendo debajo de un puente hurgando en la basura para sobrevivir, yo he necesitado de un montón de personas en mi vida para construirme y transformarme continuamente, para estudiar y poder compartir lo que he aprendido en éste círculo de trabajo en donde exploramos los saberes del cuerpo y es por eso que yo no considero que les enseño a bailar, creo más bien que nos enseñamos mutuamente lo que podemos, queremos y disfrutamos hacer y ser, yo tengo estrategias y herramientas de danza que he ido recolectando en el camino y que gustosa comparto con ellos, pero ellos las resignifican, tienen su propia mesa de crafteo, las apropian, ellos establecen nuevas reglas, nunca había yo trabajado con un grupo tan solidario y amoroso, ellos todo el tiempo se consideran los unos a los otros, se alientan, se abrazan y me abrazan, entonces las herramientas y estrategias vuelven  a mí enriquecidas.

Cuando todavía nos veíamos juntos en las instalaciones de Proyecto Down antes de COVID llevé mi máscara del pez, creo que todos fuimos peces en el vientre de nuestra madre, ser líquidos y fluir es parte de nuestras memorias y posibilidades, así que me parece accesible jugar a ser pez, no sabía si iban a querer usar la máscara, pero lo hicieron, al principio se tomaron su tiempo, se miraban entre ellos para ver quién se atrevería primero, yo esperé, en las primeras sesiones las Maestras estaban muy dispuestas y activas para ayudarme a resolver las actividades y poco a poco fuimos estableciendo la importancia de que los participantes puedan darse el tiempo de tomar sus decisiones de forma personal y colectiva, así que ellas ahora, también esperan, a mí me ha sorprendido mucho Tavo, él Ximena y Sofi son performers, porque no sólo exploran las herramientas, sino que las transforman y se transforman con una consciencia de ser observados sin salirse de la sinceridad de su búsqueda y disfrute personal, es decir, ellos bailan para nosotros, pero nunca dejan de bailar para ellos mismos.  

Antes y después de las exploraciones Ximena siempre nos quiere hablar, así que la escuchamos, ella da unos discursos largos y llenos de signos, hace micro coreografías con las manos y la cabeza, es como si ella tuviera su propio lenguaje de señas, siempre pongo mucha atención porque deseo encontrar un patrón, una pista, me encantaría llegar con ella a un consenso de que cuando se pasa la mano por la mejilla derecha y sonríe quiere decir que fue divertido, o cosas así, que me den certeza de que lo que me imagino es la realidad, aunque para ser sinceros últimamente la realidad resulta poco confiable, por lo pronto observo pacientemente y disfruto del regalo. 

Hemos jugado a oler, lamer, morder y comer frutas y semillas y luego decir con el cuerpo cómo nos hace sentir. Sofi trajo sandía, fue un día muy divertido porque a ella no le gusta la sandía, así que al momento de ponerlo en el cuerpo se sacudía toda como tratando de deshacerse de las sensaciones; también nos pasamos por el cuerpo una mantita de la tranquilidad que nos hace relajarnos y meditar un poquito; abrimos un espacio para contar tres cosas por las que estamos agradecidos y que entre ellos puedan intercambiar saludos, mensajes o sentimientos, las maestras y yo escuchamos a veces también hablamos. 

También jugamos con unos dados que en lugar de números tienen dibujos, Quetzal los sostiene en sus manos, Ximena, Pau, Sofi, Issac y Miguel Angel les soplan a través de la cámara y los dados caen al piso, a partir de los dibujos que caen en la cara de arriba inventamos un cuento improvisado que tenemos que ir haciendo con el cuerpo en movimientos y desplazamientos, cambios de dinámica y juegos con las cámaras de los dispositivos como acercar y alejar, aparecer y desaparecer. 

Quetzal es mi hijo de once años, lo invité a nuestro círculo de trabajo en Proyecto Down la primera vez, uno de esos viernes de Consejo Técnico en el que el sistema libera a nuestros hijos de actividades, pero a nosotras no, así que podía quedarse en casa jugando Nintendo o acompañarme, se divirtió tanto que cada vez que podía acompañarme lo hacía, ahora en la versión virtual está muy al pendiente de la llegada del viernes y me pregunta qué herramientas vamos a usar para tenerlas listas en la duela, participar en éste círculo le hace sentir acompañado, porque el confinamiento ha sido duro para algunos de nosotros, la interacción social en nuestro caso se reduce prácticamente a nosotros dos, así que es agradable ver a otros niños, reírse y bailar con ellos, el acompañamiento es recíproco al cien por ciento, tal vez por eso cuando estamos en las exploraciones no puedo encontrar las diferencias entre nuestras capacidades, las fronteras se desdibujan, todos estamos en la búsqueda lúdica del sentido de la vida, a través del movimiento nos hacemos presentes, habilitamos espacios sensibles, nos reconocemos en colectivo.  

Cada vez que tengo la oportunidad de compartir lo que la danza contemporánea me ha dado, siento que resucito a un pixel de la cámara, para que la próxima imagen que haga del paisaje sea más completa, para que nadie falte, para que un día todos juntos podamos aparecer. 

Ponencia presentada en el X Congreso Internacional El Cuerpo en el Siglo XXI en octubre 2020







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